Washington, 19 feb (Prensa Latina) La reforma migratoria presentada por el presidente estadounidense, Joe Biden, es un esfuerzo cuesta arriba a causa de la oposición de los republicanos en el Senado, estiman hoy analistas del tema.
Este jueves representantes demócratas en el Congreso dieron a conocer el extenso proyecto de ley de reforma de 400 páginas que proporcionaría un camino de ocho años hacia la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes indocumentados.
La iniciativa será analizada por la Cámara de Representantes y el Senado, y probablemente una votación ocurriría durante la semana del 8 de marzo, la última vez que los legisladores inicien un mes de trabajo remoto y un receso de dos semanas para Pascua.
Según el diario californiano La Opinión los demócratas de la Cámara de Representantes también contemplan la fecha límite del 1 de abril para someter este proyecto de ley a votación.
Si la Cámara y el Senado aprueban el mismo texto, este se envía al presidente para que, con su firma, se convierta en ley, algo que según entendidos en la materia no ocurrirá con la celeridad que quisiera el gobierno.
En caso de avalar diferentes ideas, ambas se envían al Comité de la Conferencia, donde se iniciaría un debate en el que convergerían intereses políticos que darían al traste con el esfuerzo gubernamental, indican análisis de medios de prensa.
Un informe del diario californiano plantea que el plan tiene escasas perspectivas de convertirse en ley cuando las mayorías demócratas son tan reducidas en ambas cámaras del Congreso y el proyecto enfrenta la oposición de los republicanos.
Biden presentó un proyecto de ley de reforma migratoria inclusivo, que es elogiado por progresistas y defensores de los derechos de los inmigrantes, pero que es probable obtenga muy poco apoyo republicano.
En el Senado su aprobación requiere al menos 60 votos, de ellos 10 de republicanos, para evitar el filibusterismo.
No obstante, avanza una tendencia de votar el documento por parte, lo que amplía el margen de aprobación.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, declaró tras ser presentada la iniciativa que «hay algunos legisladores que quieren hacerlo poco a poco y ese puede ser un buen enfoque hoy. Eso debe decidirlo el Congreso».
Anteriores proyectos de una ley migratoria negociados por equipos bipartidistas de legisladores, fracasaron durante la administración del republicano George W. Bush y nuevamente en 2013 bajo el gobierno del demócrata Barack Obama.
El proyecto de ley promete transformar fundamentalmente el sistema migratorio aunque será una tarea calificada como titánica por su promotores, luego del fracaso de iniciativas anteriores que siempre fueron consideradas en su totalidad.
Activistas consideran que hay posibilidades de avanzar en el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), los incluidos dentro del programa de estatus de protección temporal (TPS, por sus siglas en inglés) y trabajadores agrícolas «que cumplan requisitos específicos».
En Estados Unidos, hay al menos 10.5 millones de indocumentados, según una estimación hecha en 2017 por el Centro Pew de Investigaciones, aunque algunos expertos duplican esa cifra.
El Congreso de Estados Unidos aprobó en 1986 una reforma migratoria significativa bajo el gobierno del republicano Ronald Reagan pero, desde entonces, los dos partidos representados en el Congreso nunca se pusieron de acuerdo sobre el tema.
Contra este nuevo esfuerzo en la presidencia de Biden resurgen los mismos argumentos, particularmente de la oposición republicana, sobre «amnistías» y premios a la «ilegalidad», asegura un análisis del diario La Opinión.